Un metal es un elemento químico que tiene una alta conductividad térmica y eléctrica, es maleable y dúctil, lo que significa que puede ser moldeado y estirado sin romperse. Los metales son utilizados en la fabricación de monedas debido a sus propiedades físicas y químicas, como su durabilidad, maleabilidad y resistencia a la corrosión.
En el pasado, el oro y la plata también se utilizaron ampliamente en la producción de monedas, pero hoy en día se utilizan principalmente en monedas/medallas de colección y en monedas/medallas conmemorativas. Para monedas de curso legal los metales más comunes utilizados en la fabricación de monedas son el cobre, el níquel, el zinc, el aluminio y el acero inoxidable.
Para fabricar monedas, los metales se funden y se transforman en lingotes, que luego se laminan para crear planchas de metal delgadas y uniformes. Estas planchas se cortan en discos del tamaño y la forma de la moneda, y luego se estampan con un diseño o patrón mediante un proceso de acuñación en el que se aplica presión para transferir el diseño del troquel a la moneda.
Después de la acuñación, las monedas se someten a procesos adicionales como el acabado, la limpieza y el pulido para mejorar su apariencia y durabilidad. El uso de metales en la fabricación de monedas es fundamental para garantizar la calidad, el valor y la aceptación de la moneda por parte del público.
En Inglés se le llama “metal”.